domingo, 29 de julio de 2007

¿Oremos?

Sobre el valor del rezo mecánico, ¿qué puedo yo decir? Pues en fin, me temo que bastante poco. No obstante, me aventuro a escribir que he llegado a la conclusión de que, incluso desde el ateísmo, tiene un carácter extraña pero extremadamente práctico. En mi opinión, materializa la esperanza y es capaz de evitar que se volatilice la tranquilidad en ciertos momentos, especialmente lo primero. Porque si el objetivo no fuera más que distraer la mente, también se podría contar ovejitas (sin ánimo de ofender), casi con idénticos resultados. (Método, el de las ovejas, cuya validez no está garantizada para mentes complejas). Por otra parte, recitar ayuda a quienes sería de agradecer que no estorbaran en situaciones extremas a que no pierdan los nervios y empeoren lo que creemos que no puede ir peor –equivocándonos, probablemente. Son ellos a los que, según Nietzsche, “la religión sólo les pide que se estén quietos con los ojos, las manos y los órganos de todas clases” para que al menos no molesten ante este tipo de circunstancias, teniendo así “la oportunidad de parecer temporalmente embellecidos y… ¡más semejantes al hombre!”.
Ni para los creyentes, ni para los agnósticos, ni para los sin-dios: sólo para los que buscan el beneficio de ellos mismos y de los demás en un espíritu “añejo” o recién estrenado, pero de igual valor que todos los demás, de igual valor que la Igualdad.
Lejos de los prejuicios y, a poder ser, cerca del camino que nos lleve a mirarnos sin rencores infundados, sin condición.

1 comentario:

stat dijo...

Me gusta lo de materializar la esperanza...tan necesario como el comer. Lo que me tiene intrigada es qé es lo ke rezan los sin-dios...
Salu2