viernes, 7 de septiembre de 2007

Me gusta.


Me gusta teclear palabras a las dos de la mañana por necesidad. Me gusta atiborrarme de chocolate con un 93% de cacao y no arrepentirme después. Me gusta verte sonreír. Me gusta que alguien que me quiere me diga algo gracioso y no pueda evitar volverse para verme reír. Me gusta la literatura y cuando todo el mundo me recomienda encarecidamente un libro –el mismo- surgen en mí deseos irrefrenables de ir a la librería más cercana para asegurarme de cuál es y comprar otro. Me gustan las matemáticas, la física y, sobre todo, no avergonzarme en absoluto de nada de lo que estoy escribiendo. Me gusta oír hablar a personas cuyo idioma (aún) desconozco. Me gusta tirotear prejuicios y criticar a los criticones. Me gusta volver a casa en tren, tan distraída que cada minuto de trayecto haga tender a infinito las posibilidades de no volver hasta el día siguiente. Me gustan los pantalones y zapatos de cuadros. (?). Me gustan las “boguimolas” que comen los niños pequeños, y el café con leche si lleva seis cucharadas de azúcar. Me gusta pasar horas pensando antes de quedarme dormida. Me encanta discutir, en el buen sentido, ¡cómo no! Me gusta la brisa que me acaricia cuando camino sola y me siento bien. Me gustan los ambiciosos cuyas aspiraciones no consisten en pisar las de sus vecinos existenciales. Me gusta curiosear para entender cuestiones que la mayoría calificaría de inútiles. Me gusta ser esponja sin tener mi propia serie infantil. Me gusta más ver la “tele” cuando está apagada porque así, al menos, se le puede conceder el beneficio de la duda. Me gustan las caras de sorpresa. Me gusta ser más pesimista que el propio Murphy y luchar de todos modos por darle la vuelta a la tostada gigante de la vida, aun a riesgo de morir ahogada por la mantequilla. Me gustan las películas que se hacen llamar “del absurdo” porque, a diferencia de otras muchas, no venden un espectacular hilo argumental que al final resulta ser fantasma. Me gusta jugar con niños pequeños, olvidando por un momento en qué van a convertirse en unos pocos años. Me gusta que me trague la tierra en situaciones incómodas. Me gusta mi nuevo reloj de sol y usarlo en interiores. Me gusta envolver regalos de forma “original” para disimular que envolver no es lo mío. Me gustas cuando estás dormido y hasta pareces bueno. Me gusta ser yo misma quien desordena mis pertenencias: si no, después no encuentro nada. Me gusta no tener remedio, pero no tanto como darte la razón cuando me lo reprochas como si fuera un punto negativo. Me gusta ser como soy, porque no puedo evitarlo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta como eres porque el infinito se queda corto cuando leo tus palabras. Me gusta estar embobado leyendo lo que escribes, por que parece que con un hechizo nos dejas embelesados....Me gustas toda tu por ser como eres, por ser lo que escribes!

Markito

BabyCatFace dijo...

Y a mí me gusta cómo escribes ^o^. He encontrado tu blog casi por casualidad, y he estado echando un vistazo. Me gusta mucho, así que supongo que me pasaré por aquí a menudo.

¡Saludos!

Joyce dijo...

Cuando abrí este blog (hace no mucho) no pensé que le podía gustar a alguien. De hecho, hasta ahora ha sido más bien una válvula de escape... Pero, sinceramente, ¡me gusta que os guste! ¡Muchas gracias por leerme!

Nota: Invito a quien lea esto a que comente algunos de sus gustos. :)

Anónimo dijo...

me gusta tu forma de ser, me gusta tu espontaniedad, me gusta que seas asi, me gusta tu mirada cuando quieres decir un te quiero, me gusta tu respiracion cuando tas dormidita, me gusta tus ganas de superarte dia a dia , me gusta que nunca te rindas por nada y siempre intentes seguir adelante, me gusta tu sonrrisa y el brillo de los ojos, me gusta oir tu voz.

en definitiva me gustas tu, por como me haces sentir y por la fuerza y la energia que das a mi vida.